Dicen quienes entienden de la gastronomía ligada a la caza menor que es uno de los bocados más exquisitos que existen y este fin de semana, 8 y 9 de noviembre, Benalup-Casas Viejas le rinde honores con la celebración de la IV Feria de la Perdiz.
Una fiesta, organizada por el Club Deportivo Reclamista ‘La Janda’ y el Ayuntamiento de Benalup-Casas Viejas, con la colaboración de la Federación Andaluza de Caza, que tendrá como gran escenario la Caseta Municipal de esta localidad de la comarca de La Janda.
La inauguración tendrá lugar mañana, 8 de noviembre, a las diez de la mañana, permaneciendo abierta al público hasta las ocho de la noche. En el acto inaugural se rendirá homenaje a Manuel Gil Prieto y Manuel Guerrero Fernández.
El domingo, 9 de noviembre, el horario de apertura de la muestra será a las diez de la mañana, prolongándose hasta las cuatro de la tarde.
La Feria contará con un servicio de barra y se desarrollarán exposiciones de Reclamos (perdices)- Útiles de la afición y artesanía de caza- Marroquinería artesanal (cuero)- Artesanía de forja- Productos cárnicos- Quesos artesanales- Dulces artesanos- Cuchillería artesanal (navajas y cuchillos) y Objetos personalizados.
JOYA DE NUESTRO TERRITORIO
Algo rechoncha y de tamaño medio, la perdiz roja es una de las ilustres habitantes de la provincia de Cádiz, de esos
paisajes de grandes y planas extensiones de tierra como las de Benalup-Casas Viejas, Medina Sidonia, Paterna de Rivera…
Amante de las zonas de cultivo, agrícolas, donde abundan las siembras de cereales de invierno y leguminosas, esta discreta y bella ave de tonos pardos y ojos y patas rojizas (pertenece al orden de las gallináceas y a la familia de las faisánidas) ha encontrado en nuestros campos, cotos, su hábitat ideal para vivir y criar.
Territorio en el que sus rápidos vuelos y característicos andares forman parte de un ex traordinario ‘decorado natural’ al que, además, pone música con sus particulares cloqueos.

UNA DELICATESSEN
No, no es casualidad que sea uno de los manjares más apreciados por los amantes de la buena carne y, muy en especial, por aquellos que, a ‘piernas sueltas’, disfrutan de esos pequeños e intensos bocados que nos regala la naturaleza, la caza menor.
Pieza de especial belleza, desde épocas pasadas, remotas, la perdiz roja ha sido una feliz constante en la gastronomía gaditana, en esas cocinas de paciencia en las que, entre fuegos alimentados y aromatizados por leña, se rendía culto a lo que daba la tierra, a lo más nuestro.
De ello hablan con especial protagonismo y pasión las numerosas ventas que, aún hoy, se reparten por la provincia de Cádiz, muy en especial por aquellos territorios de grandes extensiones y tonos pardos en los que la perdiz roja encuentra su refugio, su particular y necesario paraíso.
Su alimentación, basada en semillas de plantas herbáceas, raíces, hojas y algún que otro artrópodo, y vida en libertad hacen que su carne sea extremadamente sabrosa, además de saludable.
Carne magra con un porcentaje de proteínas a las que se les atribuye un importante valor biológico, ya que incluyen aminoácidos esenciales.
Rica en minerales que favorecen en gran medida la protección contra enfermedades cardiovasculares y estimulan el sistema inmunológico; la perdiz roja es de gran versatilidad a la hora de ser cocinada.
De hecho, la carne de perdiz se adapta a diferentes preparaciones culinarias, algunas tan antiguas como el escabeche (fórmula ancestral de conservación) , y otras, de gran sabor y texturas extraordinarias, como estofados, coci dos, al horno o rellenas.
