Cabo de Trafalgar, testigo del maremoto de 1755

Por admin
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En unos meses se cumplirán 267 años. Más de un cuarto de milenio desde que la costa de Cádiz se viese agitada por un terrible golpe de mar, ahora tsunami. Bastaron apenas unos instantes (se calcula que el episodio duró entre tres y seis minutos) para sembrar el terror en todas y cada una de las poblaciones de su litoral, que vieron y sufrieron en primera línea los devastadores efectos de una ‘gran ola’ que, de repente, se tragó sus calles y plazas.

El origen, un terrible seísmo frente a las costas de Lisboa; un brutal movimiento que originó grandes grietas en el fondo marino y que provocó olas de hasta 20 metros de altura.

Olas que se tragaron la Chanca de Conil, que derrumbaron gran parte de las centenarias murallas de Cádiz y que desplazaron como ‘hojas de papel’ piedras de extremado tonelaje. Piedras que (como se observa en la galería de fotos y en el video) aún reposan en lugares tan emblemáticos como el Cabo de Trafalgar, punto en el que según los científicos se produjeron algunas de las olas de mayor altura.

Y es que en este punto, histórico, mágico y hipnótico de la costa de Cádiz, se pueden ‘leer’ los cambios, descubrir las huellas que el paso del tiempo, los acontecimientos como el maremoto de 1755, ha ido dejando en nuestra franja litoral.

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