Hay muchas formas de descubrir y asomarse a las ciudades, a sus paisajes y barrios más emblemáticos, y una de ellas, original y no tan conocida, son las llamadas cámaras oscuras. ‘Herramientas’ de extraordinaria singularidad con la que solo cuentan algunas ciudades del mundo; dos de ellas la trimilenaria Cádiz y Jerez de la Frontera.
En Cádiz, se encuentra en una de sus numerosas torres mirador. Concretamente, en la conocida como Torre Tavira (fue designada torre vigía oficial del puerto de Cádiz), en el punto más alto de la ciudad, a 45 metros de altura sobre el nivel del mar.
Desde ella se puede disfrutar de las vistas del extraordinario patrimonio de Cádiz, siempre relacionado con la espectacular lámina de agua del Atlántico.
Por lo que se refiere a Jerez de la Frontera, se localiza en la parte superior de la torre del palacio del Alcázar. Monumentos, las grandes bodegas, el entramado de calles del Jerez histórico, conventos, iglesias, torres y espadañas son algunas de las muchas y excepcionales imágenes que nos regala.
Pero ¿cómo funciona una cámara oscuras? y ¿cuál es su secreto?
Tal y como describen desde la Torre Tavira, “ésta produce una imagen sobre una pantalla blanca curva horizontal, a modo de mesa, situada en el centro de una habitación totalmente oscurecida, pintada de negro. La imagen proyectada es en color, muy luminosa y refleja lo que está teniendo lugar, en el exterior de la torre, en ese mismo instante (imágenes reales y en movimiento)”.
“A causa de la larga distancia focal de las lentes principales, el resultado es un magnífico efecto óptico que hace que los objetos situados a mucha distancia parezcan bastante cercanos. La pantalla sube y baja para poder enfocar las diferentes distancias. Las imágenes en la Cámara Oscura pueden girar hacia adelante y hacia atrás para visualizar las distintas partes del paisaje. Se puede ver por encima del horizonte a cierta distancia o por debajo de él para examinar detalles”.