Desde tiempos inmemoriales, al resguardo de las imponentes sierras del Caíllo y del Chaparral, a 900 metros de altitud sobre el nivel del mar , el queso ha hecho de Villaluenga del Rosario el mayor de sus paraísos.
Meca de la que, como podrás comprobar en la XVI Feria del Queso de Andalucía (del 4 al 6 de abril), han sido y son protagonistas sus verdes pastos de altura, reconocidos maestros queseros, sabios pastores, queserías artesanales y, también, esas cuevas de piedra caliza que, en tiempos de supervivencia, servían para madurar manjares con carácter, únicos, que, como ya sabes, han adquirido la condición de productos gourmet.
Quesos que responden a fórmulas de elaboración que, prácticamente, se han mantenido inalterables en el tiempo. Procesos artesanales que han sabido y saben aprovechar al máximo las excelentes propiedades de leches tan ricas como la de su raza autóctona, la cabra Payoya, la montejaqueña o la oveja Merina Grazalemeña (también autóctona).
Elaboración artesanal que tiene su prólogo en el ordeño temprano del ganado y en faenas como la pasteurización, la incorporación del cuajo, el desmenuzado de la cuajada, la retirada del suero, el modelado en moldes u ojales, el salado y la maduración.
Proceso este último que, dependiendo del tipo de queso (frescos, semicurados y curados), atiende a tiempos diferentes en cámara. Quesos artesanales de cabra, oveja y de cabra y oveja, además de envueltos en pimentón, salvado de trigo, manteca, romero, etc.
Y es que en pocos, muy pocos lugares, se siente el queso como en Villaluenga del Rosario, población más elevada de la provincia de Cádiz que, un año más, con la participación de una treintena de queserías artesanales de Andalucía, te invita a disfrutar de ese espectacular e infinito mundo del queso.
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